El ingeniero Marcelo Romeo, de la UTN, con quien intercambiamos datos y opiniones por mail desde hace ya mucho tiempo, alegró mi último martes con un dato. Escondido en la más nueva de las versiones del Google Earth hay un simulador de vuelo ( http://earth.google.com ).
Los vuelos virtuales son una vieja afición de este cronista, así que no demoré sino 14 milisegundos en abrir el globo terráqueo virtual y apretar la combinación de teclas correspondiente ( Control+Alt+A ). Como resultado se abrió una pantalla para elegir uno de dos aviones y el lugar de inicio del vuelo.
Un par de segundos después estaba volando sobre mi barrio, reconociendo las casas, plazas y avenidas. Luego subí por Puerto Madero en dirección al diario, sobrevolé la Plaza de Mayo, llegué a La Nacion, y retorné sobrevolando la Reserva Ecológica. Apreté la barra espaciadora para poner el simulador en pausa y mis ideas en orden. Primero, un aplauso para Marcelo, que tan pronto se enteró del tema lo quiso compartir con los lectores del suple. Segundo, ¡qué rapidez! La noticia había salido en el blog de Google Earth sólo tres días antes; este blog, por su parte, no fue el primero en descubrirlo. Este crédito le corresponde a un estudiante de Ciencias de la Computación de Sudáfrica ( http://marco-za.blogspot.com/2007/08/google-earth-flight-simulator.html ) que halló el Easter egg el viernes a la noche; lo halló o le dijeron. Easter egg o huevo de Pascua se llaman las miniaplicaciones escondidas dentro de un programa.
Tercero, después de 15 años de volar simuladores para PC era la primera vez que podía hacer este recorrido sin tener que imaginar casas, avenidas, plazas y aeropuertos. Estaban ahí, en fotos de una resolución más que aceptable; a baja altitud todo se veía plano, pero nada es perfecto. Además, la computadora en la que lo estaba probando no era nada del otro mundo, y sin embargo, la fluidez de la simulación resultó excelente.
Aclaremos. No es un simulador de vuelo con todas las de la ley. No se puede cambiar la hora del día, no hay actividad atmosférica, radiofaros, sistemas de aterrizaje automáticos, tablero de instrumentos ni sonido. Pero me atrapó. Tiene ese toque de cómo no se me ocurrió a mí que hace tan populares varios productos de Google.
El simulador en sí tiene un modelo de vuelo aceptable (equivale a un Flight Simulator de Microsoft en el modo simple), e incluso es posible poner el avión en pérdida, aunque no logré que barrenara; esto podría deberse a que no reconoció mi joystick. Se pueden manejar varias superficies de control (los flaps, por ejemplo), mover el punto de vista del piloto, frenar las ruedas cuando aterrizamos y varias cosas más. Para ver los atajos de teclado, hay que apretar Ctrl+H .
Una ventaja adicional de este añadido ya no secreto es que como el Earth funciona indistintamente en Mac, Windows y Linux, el simulador está disponible ahora para los tres sistemas.
Por cierto, este huevo de Pascua parece un accesorio obvio para un globo terráqueo. Lo es. Pero no me parece que lo que hace una compañía cuya acción bursátil cuesta más de 500 dólares sea exactamente ingenuo. Hay mucho más detrás del simulador oculto (no tan oculto ya) en el Earth.
Google es la primera empresa que enfrenta abiertamente a Microsoft en los tiempos recientes. Apple tuvo sus escaramuzas hace más de diez años, pero duraron poco y no le hicieron al gigante de Redmond ni un rasguño. Del dominio de Microsoft sobre el mercado de software para computadoras personales se oyen quejas constantemente, pero ninguno de los grandes ha hecho nada para competir con Windows y Office . Empresas de la talla de IBM y Oracle podrían haber lanzado sus propios sistemas operativos. Bastaba ponerse de acuerdo sobre un conjunto de estándares, de modo que los programas de terceros funcionaran sobre cualquier sistema, y acordar formatos de archivo universales, algo de lo que apenas se empieza a hablar ahora. Nada de esto ocurrió. Más bien, la única competencia que encontró Windows fue un sistema operativo desarrollado por una organización sin fines de lucro y, más recientemente, un reproductor de MP3; en efecto, ha hecho más el iPod por llevar gente a Apple que su sistema operativo, el Mac OS X.
(Tres cosas, al margen. Primero, el Mac OS X no nació de las entrañas de Apple, sino que es un derivado del NeXT Step, el sistema que usaban las computadoras de la empresa que fundó Steve Jobs cuando debió renunciar a Apple, en 1985. Segundo, los estándares para sistemas operativos no son nuevos, siendo Posix el más conocido; paradójicamente, Windows es compatible con Posix. Tercero, IBM tuvo su propio y notable sistema operativo orientado a objetos y con interfaz gráfica, el OS/2, pero el gigante azul nunca se propuso competir con Microsoft. Es más, las computadoras de IBM, pocos años después, salían a la venta con Windows 95, no con OS/2.)
Así que hay quejas y demandas judiciales pero, al parecer, entre bueyes no hay cornadas y, fuera de las explosivas declaraciones de Larry Ellison, de Oracle; o como presencié en Nueva York durante un Java One, los airados e histriónicos discursos de Scott McNealy (Sun Microsystems), la sangre nunca llegó al río. No hubo guerra. Ni siquiera una crisis misilística entre Microsoft y sus rivales. De hecho, tampoco hubo técnicamente rivales. Aunque es posible, como ocurrió en su momento, acusar a la compañía de Bill Gates por abusar de su monopolio para sofocar a empresas pequeñas (como Netscape), los pesos pesados de esta industria no intentaron nada –fuera de apoyar a Linux– por competir con Microsoft en su territorio.
Hasta que apareció Google. Si uno lee las señales que hay en el aire desde hace ya más de un año, la crisis ha ido madurando poco a poco. El buscador de páginas Web ni siquiera hace un esfuerzo moderado por ocultarlo; lo del simulador es una excepción y tardó menos de dos semanas en salir a la luz. Ya no es un Easter egg ; ahora es una función más del Earth .
Google ha salido a competir con el Office de Microsoft en dos frentes simultáneamente, por un lado con Docs ( http://docs.google.com ) y, por otro, ofreciendo la suite StarOffice de Sun sin cargo con el Desktop ( http://desktop.google.com ). El Earth se convirtió en noticia de la noche a la mañana en 2005, mientras Microsoft, por su parte, no conseguía hacer despegar sus propios mapas. Gmail ( www.gmail.com ) compite con Hotmail ( http://latino.msn.com/ ) mientras el Talk ( www.google.com/talk/intl/es/ ) se enfrenta al Messenger ( http://messenger.latino.msn.com ).
No en todos los ámbitos le va igual a la compañía de Mountain View. Earth es una estrella en permanente ascenso, pero el Talk no prende, sencillamente porque es un programa mediocre, comparado con el Messenger o el extraordinario Yahoo! Messenger . Gmail se incrustó en el mercado en pocos meses con una campaña de marketing brillante y una oferta que cambió para siempre este negocio, pero los Docs no convencen, al menos para texto, donde hasta es preferible usar los borradores de Gmail.
Microsoft no es, a todo esto, una niña atemorizada. No sólo está rotando su modelo de negocios para acaparar publicidad en línea (el negocio de Google), sino que no cesa de empujar su propio buscador, retando a Google en su propio terreno. A Vista no le está yendo tan bien como esperaban en Redmond, pero Windows tiene tal participación de mercado (95%, aproximadamente) que le da espacio suficiente a la compañía de Bill Gates para recuperarse de cualquier contratiempo y de, eventualmente, cambiar la forma de suministrar software.
Ahora, por ejemplo, se está hablando de nuevo de que en el futuro el sistema operativo sería la Red. Se dice, también, que esto puede ser desastroso para Microsoft. Disiento. La empresa está en una posición inmejorable para instalarse en un nuevo espacio, si lo necesitara; toda la estrategia Windows Live (un calco del Google Desktop , dicho sea de paso) apunta precisamente a interconectar Windows con Internet más allá del browser y las actualizaciones. En este asunto, Microsoft conoce el oficio mejor que ninguna de las otras empresas.
Microsoft también está moviendo alfiles en la zona del software de oficina gratis. El año que viene lanzará su Works 9.0 (un Office light) sin cargo, aunque no pretende dejar de hacer dinero con él; el Works 9.0 tendrá avisos en pantalla. Me temo que esta estrategia no le dará ningún resultado. Veremos.
Y, de paso, Microsoft también se ha ido adentrando en territorios como la protección antiespía y antivirus.
Así que ya no es, como puede verse, simple provocación verbal, pirotecnia al estilo McNealy, Ellison o Balmer (el actual CEO de Microsoft). Por el contrario, los misiles están ahí. En semejante escenario, el simulador del Google Earth suena menos a travesura informática que a una trabajada burla a su oponente. Porque si hay un producto de Microsoft que hasta sus más intransigentes críticos veneran es el Flight Simulator . El Easter egg del Earth equivale a un cartel que dice "Si Microsoft también tenía mapas satelitales y un simulador, ¿por qué no hizo esto antes?"
El cartel en sí no cambia nada. Pero está a tono con todas las demás piezas que minuciosamente han ido moviendo ambas compañías. Microsoft, con su clásico estilo mesurado, prudente e impasible, hoy acorazado por su fortaleza corporativa, financiera e industrial. Google, con una manera más Silicon Valley de mediados de los ´70, casual, divertido, cool pero detrás de escena tan inteligente e implacable como fueron en su momento, y lo siguen siendo hoy, Steve Jobs y Bill Gates.
La única señal que Google no ha emitido todavía es que tenga pensado lanzar su propio sistema operativo, aunque el rumor va y viene. Los bloggers ya lo han bautizado GooOS y algunos hasta se arriesgan a decir que detrás de todo este colosal movimiento de tropas del buscador de páginas Web hay un solo objetivo: Windows.
Si realmente es así, entonces la meta de Microsoft no puede ser sino proteger su principal bastión. Es decir, Windows. Y si ambas cosas son ciertas, entonces, después de más de tres décadas de conquistar mercados, la empresa de Bill Gates habría pasado por primera vez a la defensiva.
Microsoft y Google, ya es una crisis misilística
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