La Comisión Europea abrió dos nuevos expedientes contra el gigante de la informática por abuso de posición dominante. La virtual "guerra" jurídica de la comisaria de Competencia de la UE, Neelie Kroes, con la multinacional corre el riesgo de hacerse crónica
En caso de que la empresa del ahora filántropo estadounidense Bill Gates sea encontrada culpable, podría tener que abonar una nueva -y elevada- multa.
En ese sentido, Bruselas reiteró hoy que el inicio de dos nuevas investigaciones contra Microsoft no supone "un juicio preliminar" ni una "prueba de infracción". "Sólo significa que la Comisión Europea va a investigar nuevamente a fondo a la empresa", según versión de Bruselas.
Una de las dos investigaciones, que lleva a cabo el equipo de la comisaria de Competencia de la UE, Neelie Kroes, se centra en el terreno de la "interoperabilidad", según el texto al que ha tenido acceso DPA.
En concreto se refiere al navegador de Internet "Explorer", el cual se comercializa por la fuerza de los hechos, automáticamente, en aquellas computadoras que emplean el sistema operativo Windows, de Microsoft.
Según una denuncia presentada el pasado 13 de diciembre por la empresa noruega del sector Opera, el hecho de que Microsoft distribuya -por defecto- Windows junto con el "Explorer", supone un bloqueo para que el resto de rivales pueda competir en ese ámbito.
De acuerdo con el texto de la demanda, "las prácticas que lleva a cabo Microsoft suponen un daño para la competencia en el sector".
El segundo caso se centra en el hecho de que Microsoft ha negado a sus rivales acceso a códigos específicos que permitirían que sus productos sean compatibles con los programas de la empresa estadounidense, como por ejemplo el paquete "Office", que incluye el procesador de texto Word y la hoja de cálculo Excel.
Aunque en esta ocasión se trata de investigaciones que afectan a productos informáticos diferentes, tienen su más directo precedente jurídico en la sentencia emitida en septiembre pasado por la justicia europea.
En septiembre de 2007, la Comisión Europea se anotó un tanto decisivo al conseguir que el Tribunal de Primera Instancia de la UE ratificase la histórica multa que el Ejecutivo de Bruselas impuso en 2004 al gigante de la informática Microsoft, por valor de 497 millones de euros (cerca de 600 millones de dólares), por abuso de posición dominante, un dictamen que la empresa recurrió sin éxito.
Esa decisión supuso todo un hito en la historia del derecho comunitario de la Competencia.
"Microsoft no puede regir el mercado imponiendo sus criterios ni debe imponer su ley a los consumidores", aseguró en su momento Kroes.
El 95 por ciento de las computadoras en el mundo utiliza el programa Windows, de la empresa de Redmond, lo que a juicio de Bruselas supone una "dictadura encubierta", que limita la competencia.
El caso original entre Bruselas y Microsoft se remonta a 1998, cuando la empresa rival Sun Microsystems presentó una demanda ante la Comisión Europea alegando que Microsoft sacó tajada del monopolio de su sistema operativo Windows para eliminar a otros competidores del mercado, rivales a los cuales Microsoft negó la información que necesitaban para fabricar productos que fuesen compatibles con Windows.
Microsoft argumentó que facilitar esa información -en forma de códigos- habría permitido a sus rivales del sector copiar sus productos y obtener beneficios de las ingentes inversiones en investigación por parte de la empresa de Redmond.
Bruselas considera que desde 1999 Microsoft llevó a cabo una estrategia anticompetitiva que suponía incluir el reproductor de imágenes y sonido "Media Player" en Windows, en lugar de venderlo de forma separada. Ello -argumenta el Ejecutivo de los 27- facilitó a Microsoft adueñarse de un mercado que antes no controlaba.
Los magistrados también dieron el pasado septiembre la razón a la Comisión Europea al ratificar la proporcionalidad de las medidas que impuso en 2004 a Microsoft, entre ellas la obligación de comercializar Windows sin el "Media Player".
También consideraron justo imponerle la obligación de ceder a sus rivales toda una serie de códigos para permitir la "interoperabilidad", para facilitar que sus respectivos programas puedan "reconocerse".
En ese sentido, Bruselas reiteró hoy que el inicio de dos nuevas investigaciones contra Microsoft no supone "un juicio preliminar" ni una "prueba de infracción". "Sólo significa que la Comisión Europea va a investigar nuevamente a fondo a la empresa", según versión de Bruselas.
Una de las dos investigaciones, que lleva a cabo el equipo de la comisaria de Competencia de la UE, Neelie Kroes, se centra en el terreno de la "interoperabilidad", según el texto al que ha tenido acceso DPA.
En concreto se refiere al navegador de Internet "Explorer", el cual se comercializa por la fuerza de los hechos, automáticamente, en aquellas computadoras que emplean el sistema operativo Windows, de Microsoft.
Según una denuncia presentada el pasado 13 de diciembre por la empresa noruega del sector Opera, el hecho de que Microsoft distribuya -por defecto- Windows junto con el "Explorer", supone un bloqueo para que el resto de rivales pueda competir en ese ámbito.
De acuerdo con el texto de la demanda, "las prácticas que lleva a cabo Microsoft suponen un daño para la competencia en el sector".
El segundo caso se centra en el hecho de que Microsoft ha negado a sus rivales acceso a códigos específicos que permitirían que sus productos sean compatibles con los programas de la empresa estadounidense, como por ejemplo el paquete "Office", que incluye el procesador de texto Word y la hoja de cálculo Excel.
Aunque en esta ocasión se trata de investigaciones que afectan a productos informáticos diferentes, tienen su más directo precedente jurídico en la sentencia emitida en septiembre pasado por la justicia europea.
En septiembre de 2007, la Comisión Europea se anotó un tanto decisivo al conseguir que el Tribunal de Primera Instancia de la UE ratificase la histórica multa que el Ejecutivo de Bruselas impuso en 2004 al gigante de la informática Microsoft, por valor de 497 millones de euros (cerca de 600 millones de dólares), por abuso de posición dominante, un dictamen que la empresa recurrió sin éxito.
Esa decisión supuso todo un hito en la historia del derecho comunitario de la Competencia.
"Microsoft no puede regir el mercado imponiendo sus criterios ni debe imponer su ley a los consumidores", aseguró en su momento Kroes.
El 95 por ciento de las computadoras en el mundo utiliza el programa Windows, de la empresa de Redmond, lo que a juicio de Bruselas supone una "dictadura encubierta", que limita la competencia.
El caso original entre Bruselas y Microsoft se remonta a 1998, cuando la empresa rival Sun Microsystems presentó una demanda ante la Comisión Europea alegando que Microsoft sacó tajada del monopolio de su sistema operativo Windows para eliminar a otros competidores del mercado, rivales a los cuales Microsoft negó la información que necesitaban para fabricar productos que fuesen compatibles con Windows.
Microsoft argumentó que facilitar esa información -en forma de códigos- habría permitido a sus rivales del sector copiar sus productos y obtener beneficios de las ingentes inversiones en investigación por parte de la empresa de Redmond.
Bruselas considera que desde 1999 Microsoft llevó a cabo una estrategia anticompetitiva que suponía incluir el reproductor de imágenes y sonido "Media Player" en Windows, en lugar de venderlo de forma separada. Ello -argumenta el Ejecutivo de los 27- facilitó a Microsoft adueñarse de un mercado que antes no controlaba.
Los magistrados también dieron el pasado septiembre la razón a la Comisión Europea al ratificar la proporcionalidad de las medidas que impuso en 2004 a Microsoft, entre ellas la obligación de comercializar Windows sin el "Media Player".
También consideraron justo imponerle la obligación de ceder a sus rivales toda una serie de códigos para permitir la "interoperabilidad", para facilitar que sus respectivos programas puedan "reconocerse".
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