Delgados y frugales, los monitores LCD (por liquid crystal display ) están bien adaptados a la era light . Sin duda, están a tono con la informática. Al revés que sus primos de tubo (CRT, por cathode ray tube ), son 100% digitales. Bueno..., no siempre. Widescreen. La tecnología LCD permite construir pantallas de las dimensiones que se deseen. Así, la relación entre el ancho y el alto del display, que en los CRT era de 4 a 3 (4:3), será de 16:9 o de 16:10 en un LCD widescreen . La ventaja es obvia: cine como en el cine y sin bandas negras. En la PC, ofrecen un área de trabajo más confortable y eficiente. Para jugar, hay que verificar que nuestro videogame favorito ofrezca soporte para widescreen o, mejor, que el monitor posea controles para centrar una imagen 4:3 y recordar esta posición para futuras sesiones. Historias de fantasmas. La imagen en cualquier pantalla se forma por medio de pequeños cuadrados de color llamados píxeles, formados a su vez por tres subpíxeles (rojo, verde y azul). El tiempo que tarda una pantalla LCD en cambiar un píxel de negro a blanco y de nuevo a negro se llama velocidad de respuesta; es común también medir el gris, pero el resultado menos confiable. Los LCD más rápidos son de 2 milisegundos (ms). Para juegos y cine, hasta 5 ms es aceptable; de otro modo, se notarán fantasmas en las escenas rápidas. En la oficina, se pueden usar pantallas de 8 a 16 ms. Las especificaciones de los LCD exhiben el tiempo de respuesta pero no la latencia (o input lag ). El mejor consejo aquí es probar la pantalla con el tipo de programa que se vaya a usar antes de comprarla. Numérico. Una pantalla de tubo de rayos catódicos es analógica. La placa de video de la PC es digital, lo mismo que la nueva TV. Así que los CRT limitan inexorablemente las ventajas de la tecnología moderna. Pero para que un LCD realmente tenga futuro, debe tener una entrada digital o DVI (por digital video interface ). Varios modelos en nuestro país carecen de este conector y, aunque son más económicos, debe tenerse presente que la calidad de imagen nunca será tan buena como en una pantalla con conector digital y analógico. No importa si nuestra placa de video actual no tiene salida digital; una tarjeta gráfica siempre será más barata que un display y podremos cambiarla más adelante. También hay LCD que sólo tienen conector DVI. En ese caso, debemos asegurarnos de que la placa de video tenga salida digital. Si no es así, no podremos conectarla al nuevo monitor. Punto muerto. Tan atractivas como difíciles de fabricar, las pantallas LCD utilizan una compleja tecnología conocida como thin film transistor (TFT). Como en toda producción con componentes ínfimos, las variaciones de calidad son normales. Por eso, los LCD baratos pueden salir caros. El defecto más obvio y molesto son los píxeles siempre negros ( dead ), siempre blancos ( hot ) o inmovilizados en algún color ( stuck ). Antes de comprar el equipo hay que leer las condiciones de devolución que el fabricante acepta en el caso de los píxeles fallados. Por ejemplo, Samsung de la Argentina informa en su sitio web que en un monitor de 17 pulgadas hasta 4 píxeles blancos son normales, a menos que sean adyacentes, en cuyo caso sólo dos son admisibles ( www.samsung.com/ar/support/warrantyinformation/op_2.htm ) Brillante. No debe olvidarse, por último, el brillo (en candelas por metro cuadrado; cd/m2) y la relación de contraste (dos valores que expresan la relación entre el blanco más brillante y el negro más oscuro que puede producir la pantalla; por ejemplo, 1000:1). Cuanto mayor sea el brillo y la relación de contraste, mejor. Sobre todo para televisión y películas.
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